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San Agustín de Puñaca denuncia crisis sanitaria, pide al Estado frenar la minería ilegal y atención médica especializada

Melchora Surco Rimachi, nació el 5 de octubre de 1955 en el sector Pacpacco de la Comunidad Campesina de Alto Huancané, provincia de Espinar, en la Región de Cusco; ella nació en la tierra de la cultura “K´ANA”. Actualmente ella vive en Pacpacco, y convive con la minería desde hace más de 30 años, prácticamente ella y su familia han comprobado en carne propia los abusos de la mina en todo este tiempo.

 En Espinar la gran minería data desde la empresa estatal EMATISA, posteriormente en el gobierno de Fujimori cuando las empresas fueron privatizadas paso a manos de privados, primero a Magma Cooper, Luego a BHP Billiton, después a Xstrata y actualmente es administrada por la Suiza Glencore.

 

Cuando Melchora inicia su lucha por la defensa de su medio ambiente y del territorio, las personas de su misma comunidad, manipulados por la empresa minera Xstrata Tintaya, la hicieron blanco de violencia, la empresa minera manifestaba que no tendría ningún tipo de negociación con su comunidad debido a las denuncias que Melchora interponía en contra de la empresa; varios pobladores en asambleas generales se levantaban en contra de ella manifestando que los precios de los terrenos habían disminuido por las demandas que ella había interpuesto contra el estado peruano, por la no atención a la salud de las personas afectadas por metales pesados en el entorno minero.

 

“En una oportunidad quemaron mi casa pero eso no me paro, hasta donde sea voy a llegar así tenga que mover cielo, mar y tierra para proteger el medio ambiente y hacer respetar mi tierra” señala Melchora Surco Rimachi

 

 

Melchora mostrando fotos

 

Melchora Surco, es la presidenta de la Asociación para Defensa de Pacpacco Afectada por la Minería (ADEPAMI) e integrante de LAS MUJERES DEFENSORAS DEL TERRITORIO, ella vive a 200 metros de la relavera de Camaccmayo (lugar donde se deposita los materiales contaminados sin valor para la empresa), el vivir tan cerca y con el pasar de los años se ha vuelto una desgracia para su familia y sus animales, generándole problemas sociales, ambientales y sobre todo a la salud.

 

“Esta es mi tierra, he vivido en Pacpacco desde antes que llegue la mina, he criado a mis hijos aquí, he visto cambiar el campo, morir a mis animales y he visto nacer a mis nietos. Ya son más de 30 años” manifiesta Melchora Surco Rimachi.

 

Ella siempre a luchando contra la minería por los problemas que le genera a ella y a toda su comunidad, esta lucha se intensifica más cuando en Mayo del 2013, CENSOPAS hizo un nuevo estudio, recogieron 180 muestras de orina. Entre ellas, la de su nieto Yedamel y Melchora.

 

Yedamel López Champi, nació en la provincia de Espinar- Cusco y cuando apenas tenía siete años de edad encontraron en su orina metales pesados como el plomo, arsénico, cadmio y mercurio, los cuatro calificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como altamente cancerígenos para el ser humano.

 

En todas se detectaron excesos en por lo menos uno de los diecisiete metales analizados, y en 52 casos se hallaron niveles por encima de los parámetros de la OMS. Los minerales más recurrentes fueron arsénico y plomo. Ambos se registraron en 32 casos de acuerdo a un análisis realizado por Convoca a partir de los resultados de los laboratorios del CDC (Center for Disease Control and Prevention) de los EEUU, adonde CENSOPAS envió las muestras luego de recolectarlas en enero de 2013.

 

De los 17 metales, las evaluaciones consentidas solo fueron seis sustancias, las mismas que fueron entregadas a los pobladores en un informe sin firma ni sello, obviándose los datos acerca de los otros 11 parámetros medidos, resultados que fueron entregados a los pobladores, ya en diciembre del 2014.

 

“Nosotros estamos sufriendo, las personas están enfermas, es más algunos ya han fallecido con cáncer producto de los minerales, jamás antes nosotros escuchamos ni conocíamos la palabra cáncer, el cáncer era algo raro, ahora parece como algo normal, común en el sector Pacpacco y la comunidad Alto Huancané ya no queremos morir que nos hagan curar” insiste Melchora Surco Rimachi.

 

En Mayo del 2015 Melchora firmo una demanda de cumplimiento junto con otras organizaciones, porque se encontraban cansados de tantas promesas de tratamientos de los metales pesados en sus cuerpos por parte del MINSA. Así mismo Melchora el 14 de julio del mismo año denunció ante el Ministerio Público a un grupo de funcionarios del Centro Nacional de Salud Ocupacional y de Protección del Ambiente para la Salud (CENSOPAS) por ocultar información referida a la presencia de metales pesados en sus cuerpos.

 

Desde entonces Melchora ha recibido amenazas por parte de la empresa Glencore Antapacay, pero eso a ella no la hace retroceder, al contrario le da un impulso para seguir luchando por su comunidad, ella pide que les hagan curar, que se respete al ser humano, que el Estado priorice la salud humana y que se haga justicia, justicia de verdad. Desde la organización que dirige también logro el 24 de septiembre del 2015 el Gobierno Regional de Cusco haga una INSPECCIÓN OCULAR para todas las comunidades que se ven afectadas por la minería.

 

“vivimos totalmente, vivimos no sé qué nombre puedo decir o como lo puedo llamar a estas empresas transnacionales que nos está haciendo tanto daño, que esperanza nos queda a nosotros, ya no hay esperanza de vivir feliz, tranquilas más bien preocupación, lágrimas nos da cólera esta empresa minera nos da cólera”

Melchora Surco Rimachi.

 

 

Melchora denuncia en CIDH

 

Finalmente el caso de Melchora Surco llego a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el viernes 8 de abril, en Washington D.C.-EEUU. La audiencia pública se llevó a cabo frente a la indiferencia del Estado por el grave caso de contaminación por metales pesados de personas en Espinar - Cusco.

 

En este espacio internacional se describió lo ocurrido con las comunidades campesinas de Espinar, Alto Huancané y Huisa. Los hechos que se narraron en la audiencia y que se sustentaron con pruebas se enmarcan en un contexto de abandono de los roles del Estado hacia la población de Espinar, particularmente indígena. Una situación en la que convergen graves violaciones a los derechos humanos, como el derecho a la salud, integridad física y a una vida digna.

 

Actualmente el caso de Melchora Surco y el de otras personas afectadas por metales pesados en Espinar están siendo acompañados por Cooper Acción, Derechos Humanos sin Fronteras y el Instituto de Defensa Legal (IDL); con el apoyo de Broederlijk Delen.

 

Melchora BD

Foto: Oxfam América.

 

Gentileza de: http://derechosinfronteras.pe

Visto 2988 veces Modificado por última vez en Martes, 06 Diciembre 2016 17:51
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