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Opinión

• Andrés Gómez Vela

20 Septiembre, 2014. Un movimiento social tiene como fin presionar, vía manifestaciones, campañas u otro tipo de medidas, a una élite, a un gobierno o poder fáctico hasta lograr un cambio social en beneficio de una población heterogénea u homogénea. Los pueblos indígenas, trabajadores y clases medias urbanas constituyeron, entre finales del siglo pasado y principios de éste, un movimiento social de resistencia y tumbaron el viejo Estado con la intención de levantar otro. 

Si nos basamos en el origen del término, acuñado por Lorenz von Stein en 1846, concluiremos que un movimiento social es básicamente una aspiración de sectores sociales (en su tiempo más que todo de clases sociales) de lograr influencia sobre el Estado para reducir las desigualdades económicas. 

Dicho de otro modo, el elemento que cohesiona a los movimientos sociales son problemas comunes cuya solución depende del aparato estatal. Por ello, coinciden expertos, rara vez confluyen en un partido político; su labor se basa en presionar al poder político mediante reivindicaciones concretas o en crear alternativas. Estas alternativas o reivindicaciones se convierten en su principal identidad, sin tener que llegar a plasmar un ideario completo, agregan. 

En Bolivia, los llamados movimientos sociales usaron un discurso fuertemente cohesionador y  concluyente: “los indígenas no hemos fundado ni gobernado Bolivia, hemos resistido 500 años, llegó el tiempo de gobernar”. El discurso denotaba una realidad de ese tiempo: la exclusión social, política, económica y cultural de un gran segmento social.  

Nueve años después de la toma de poder, los grupos que lograron el ascenso del MAS y de un indígena al gobierno dejaron de ser movimientos sociales para convertirse en organizaciones masistas porque perdieron su elemento cohesionador. Hoy tienen que obligar a sus bases a marchar, tienen que pagarles para asistir a concentraciones, amenazarlos con chicotazos para que voten por los candidatos de su partido. Es más, tienen que imponer el control del voto de “sus electores” listas en mano. 

Las medidas coactivas y extorsionadoras descritas reflejan que esos movimientos son hoy simples grupitos conformados por élites que ya no buscan el cambio social, sino el statu quo. 

Es muy normal que suceda esto, pues, como ya dijimos anteriormente, los momentos revolucionarios son filamentos microscópicos en el tiempo político y tienden a diluirse cuando los nuevos gobernantes repiten las acciones de quienes expulsaron del poder: transfugio, corrupción, incoherencia, inconsecuencia, privilegios, alianzas con sus verdugos.

Queda subrayado que un movimiento social deja de ser tal cuando hay coacción y extorsión en lugar de un elemento articulador. La historia toca el réquiem para los movimientos sociales que sirvieron de base al gobierno actual porque ya no cohesionan ni representan las nuevas aspiraciones sociales. 

Definitivamente, perdieron su ajayu por culpa de sus dirigentes, quienes representan hoy a una nueva élite que acumula poder y a quienes los nuevos movimientos sociales deben enfrentar.

La muerte de esos movimientos da nacimiento a otros, entre ellos el movimiento de mujeres que, en las últimas semanas, demostró su fuerza pese a que algunas subsumidas por su color político defendieron a sus machistas y atacaron a los del adversario político.

Sigue vigente el movimiento ecologista y se gesta innotablemente uno de ética en la política para recuperarla como ciencia y práctica destinada a redistribuir el poder, en lugar de acumularlo. Estos movimientos son heterogéneos, rebasan los límites clasistas y tienen como objetivo engranar el campo con la ciudad.

Los movimientos sociales se gestan en sociedades democráticas porque su fin no es desestabilizar el sistema, sino mejorar su funcionamiento. Es inconcebible en dictaduras porque el tirano los aniquila creyendo que son enemigos, en lugar de entenderlos como la contradicción necesaria para que la democracia funcione mejor. 

  • Es periodista.
Visto 1968 veces Modificado por última vez en Lunes, 29 Septiembre 2014 12:18
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