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Opinión

  • Andrés Gómez Vela

24 de mayo de 2015. Confieso que el día que representantes del masismo prometieron a Bolivia una sola reelección les creí.

Era el Gobierno del cambio, y no se parecía a sus antecesores que hicieron de la mentira la verdad de sus acciones. Parecían coherentes con la cosmovisión andina que, al estilo griego, establece la rotación en el ejercicio de los cargos públicos.

Recuerdo a Carlos Romero, el 20 de octubre de 2008, cuando declaró: "Algunos partidos han considerado que eso (reelección) era excesivo (...) el MAS, el Presidente, han renunciado a la posibilidad de reproducir el control de la administración pública por la vía electoral en un segundo periodo constitucional después del adelanto de elecciones que se está proponiendo”.

¿Meras palabras? No. Las materializó en un libro (Del Conflicto al Diálogo: Memorias del Acuerdo Constitucional, de Carlos Romero, Carlos Börth y Raúl Peñaranda), publicado en marzo de 2009. "Superado el debate acerca de la pertinencia o no de la reelección presidencial, la oposición concentró sus observaciones en torno al cómputo o no del actual periodo constitucional para la contabilización de la reelección”, escribió en la página 24.

Para despejar dudas, subrayó en la página 29: "A fin de viabilizar el gran pacto político nacional, se aceptó, por parte del oficialismo, que el actual periodo constitucional sea considerado para aplicar la figura de la reelección (...) acerca de la reelección presidencial se acordó contabilizar el actual periodo constitucional”.

Fue emocionante escuchar al propio presidente Morales por esos mismos días, cuando se comprometió: "Quiero que sepan, por la unidad del país, por la nueva Constitución; la propuesta que hicieron dos constituyentes bajo el pedido de los movimientos sociales como dos reelecciones inmediatas para Evo Morales, yo renuncié por la unidad del país (y) por este proceso de cambio, quiero que sepan, hermanas y hermanos”.La admiración creció cuando añadió: "Hoy día está en los periódicos; Evo no es ambicioso, Evo no tiene intereses pese al mensaje que hemos recibido ayer, Evo 20 años o más años de presidente, no estamos ahí”.

Agradecí a la Pachamama por habernos mandado a un político tan coherente.

Por si fuera poco, registró su compromiso en la mismísima Constitución: "el periodo de mandato de la Presidenta o Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectos por una sola vez de manera continua” (Art. 168). Por si acaso, el MAS agregó un artículo transitorio: "los mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos periodos de funciones”.

¡Sorpresa! En febrero de 2013 negó todo. Es decir, nos mintió. Ese año el masismo violó la Constitución vía Tribunal Constitucional para fabricar la segunda Re.  

En septiembre de 2014 volvieron las promesas. Morales dijo, en una entrevista con El Deber, que después de  2020 iba a abrir un restaurante para ser mesero y cobrar por cada foto.

Esta vez ya no le creí.

Un mes después, en otra entrevista con el periódico El País, no pudo esconder en sus palabras sus intenciones. ¿Será éste su "último mandato”?, preguntó el periodista. Morales respondió que respetará la Constitución. "Entonces, eso significa que ¿será su último mandato?”, repreguntó El País. "Eso significa que vamos a respetar la Constitución”, respondió Morales. Pero, el rosario de re-re-re-re mentiras siguió.

El 25 de abril de este año, Morales pidió a sus bases cocaleras un reemplazante: "Quisiera, de parte de ustedes, (que) desde ahora, (se piense) cómo preparar para que se quede otro compañero de Presidente. Tenemos cinco años para preparar quién va a ser el nuevo Presidente a partir de 2020”.
Ese día me acordé de la fábula El pastorcito Mentiroso.

La mentira necesita de la verdad para ser mentira, como en este caso, donde la verdad es que la re-re-re-re-es una re-mentira que trae el "refe-engaño”.

Por respeto al ama llulla, Morales debe decir al país que quiere ser Presidente Vitalicio o Inca.

* Es periodista.

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