En dicho evento, se analizaron y debatieron políticas y normativas nacionales sobre agua para riego y semillas. La normativa de la UPOV (Unión Internacional para la Protección de las Variedades Vegetales) promueve la producción de semillas en laboratorios especializados, poniendo en riesgo las estrategias de manejo de una amplia variedad de cultivos y variedades que tienen las familias campesinas. Bolivia ha firmado su adhesión a la UPOV el 21 de abril de 1999, la misma que sigue vigente hasta la fecha, explicó Lidia Paz, técnica de CENDA.
Por otra parte, la Norma General sobre Semillas de especies agrícolas (2009) promueve el control de las semillas por parte de las empresas privadas nacionales y transnacionales; permite la circulación y uso solo de semillas registradas y certificadas, fomenta el uso de agroquímicos, no reconoce las formas milenarias de manejo de semillas que tienen las comunidades indígena originaria campesinas y penaliza la venta, intercambio y regalo de semillas que no son registradas y certificadas; aplicando fuertes multas y sanciones (Art. 43 y Art. 44).
Sobre este tema, uno de los participantes de la zona Andina dijo “se están adueñando de las semillas, pero el dueño tenemos que ser el pueblo de cualquier semilla, nosotros no podemos permitir que se adueñen”. Otro de los participantes de la misma zona manifestó que “desde nuestros abuelos habían sabido manejar estas semillas (nativas) y sembraban con abonos naturales, y la papa se guardaba y aguantaba años tras año, no le entraba ninguna enfermedad. Pero ahora con abono químico hacen producir la papa, para producir una sola vez sirve la semilla (certificada), después ya no sirve más”.
Después de analizar esta problemática, los participantes plantearon también que es necesario “fomentar la recuperación de las semillas nativas que son manejadas ancestralmente por las comunidades a través de sus estrategias y saberes ancestrales que tengan el apoyo de autoridades locales, departamentales y nacionales. Crear un Consejo de las Semillas Nativas para coordinar y trabajar con los productores, consumidores y los municipios para gestionar la soberanía alimentaria, lograr apoyo técnico y buscar mercados donde comercializar los productos con semilla nativa y con producción agroecológica”.